"Gloriosísimos mártires Cosme y Damián, que apenas consumado vuestro sacrificio con la decapitación de vuestras cabezas con que quiso el Señor solicitar vuestra coronación allá en el Cielo visteis, al invocar vuestros nombres y por la veneración de vuestras reliquias, multiplicarse los prodigios de las curaciones instantáneas de enfermedades desesperantes, y la Santa Madre Iglesia os ha acogido en el número de los Santos, cuya invocación es obligatoria para todos los sacerdotes en la celebración de la Santa Misa, implorad la gracia que, procurándonos imitar fielmente las eminentes virtudes por las cuales fuisteis considerados verdaderos modelos, merezcamos ser asistidos eficazmente por vosotros en todas nuestras necesidades tanto corporales como espirituales. Amén"
martes, 13 de mayo de 2008
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